El peregrino actual del Camino recorre principalmente múltiples llanuras, pero también atravesará algunos bosques en las zonas de montaña.
Salir de las rutas transitadas por la mayoría es preciso para hallar entradas al camino interior.
La senda oficial no es la verdadera, pues esta la constituyen los puntos secretos donde las wouivres (La energía telúrica denominada Wouivre por los celtas o energía de la serpiente, o “Senderos del Dragón”) se manifiestan y nos conectan con las fuerzas y poderes de la tierra que resuenan en nuestro interior.
Aunque el sendero estelar parecía agotado con el mundo moderno, es en realidad eterno, sin principio ni fin.
Muchos son simples caminantes, otros son alquimistas, pero siempre el Camino se adecua a lo que busca cada peregrino.
La piedra, la luz y el bosque. El mundo exterior y el interior se han de encontrar en el Camino. El sendero de afuera ha de recorrerse en paralelo al sendero de adentro. Los dos mundos son uno y el tiempo se funde con la eternidad.
Resulta sumamente difícil hoy día debido a la masificación de peregrinos y a la transformación de la senda estelar en una especie de ruta turística que siguiendo los circuitos oficiales podamos reencontrar la magia.
Se necesita soledad e intimidad para que nuestros receptores con los otros mundos se activen.