
"Cuando frecuentaba el bosque de pequeña,
me decían que una serpiente podría picarme,
que podría tocar una flor venenosa
o que los duendes me podrían raptar,
pero continué yendo
y no encontré sino ángeles,
mucho más tímidos ante mí
de lo que yo pudiera sentirme ante ellos."
Emily Dickinson